¡Qué débil es la voluntad humana!, me digo a mi mismo. O algo así debería decirme si confiara en los políticos. Después de la profunda reestructuración que ha hecho Zapatero en su Gobierno, todo debería ser diferente, se supone que debería cambiar, pero ya se yo que no va a ser así. En verdad, lo único que se ha hecho es cambiar piezas y, si me lo permiten, por parte del Presidente tender la mano a su enemigo. Al más temible, al que está junto a ti, al que en las buenas duerme y espera y que cuando intuye el tufillo a muerto ataca.
Total que con lo que me quedo es, que Zapatero ha renunciado a sus principios, ¿qué principios?, no se, los suyos, aunque no exista humano que los entienda son los suyos y los ha tenido que apartar, solo por mantenerse vivo en la agonía que es su muerte política, casi casi certificada. Conclusión, su voluntad se ve doblegada.
Mas, no solo Zapatero es débil, otros también en doblegada su supuesta libertad. De estos acabamos de hablar, son esos enemigos que esperan agazapados, esos que están en un segundo plano por discrepancias políticas, pero que no dudan renunciar a ellas para auparse a un poder. Como siempre, me quedo con dudas, no se que es peor ¿renunciar a mi voluntad por necesidad o hacerlo por poder?.
Somos parte del problema, ¿cuándo empezaremos a ser parte de la solución?
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