jueves, 18 de noviembre de 2010

Nueva etapa

Se abre una nueva época en este pequeño espacio que trata sobre todo lo que nos rodea, pasaremos a darle un enfoque más profesional al blog. Algo más serio, esto que empezó siendo un hobby pasa a un siguiente nivel.

Espero que todos los que me seguíais, lo sigaís haciendo. Y que a estos pocos locos, se unan otros cuantos más. Cuando abrí este rinconcillo, lo hice para crecer, ahora pego otro estirón y quiero compartirlo con vosotros.

Gracias, y ¡nos seguimos leyendo!

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Lluvia gris

Cuando era pequeño y el día despertaba como hoy, no había quien me sacara ni una sonrisa. La lluvia siempre fastidiaba todo, el recreo, el camino al cole. Siempre cargado, siempre con el maldito paraguas. No se puede negar que son días feos, pero feo en el estricto significado de la palabra. Como su color, gris, ni negro, ni blanco, con esa tibieza que le caracteriza.
Hoy, ya más crecido, no puedo ocultar que cuando me levanto y veo un día así, todavía vuelve a mi interior, a lo más básico de mi instinto, a esa primera impresión imposible de controlar, la desesperanza de un día malo.
Por eso, quizás, me gusta en estos momentos observar por la ventana, ver como un simple elemento, el agua modifica tanto nuestra conducta. Ya no hay sonrisas para el quiosquero, solo un gruñido por saludos. Los coches pitan más. Las madres se desesperan, "¡no te metas en el charco!". Pero, hoy pensaba, no es solo un elemento, es este con su complemento, su adjetivo, lo que le da forma, lo que le da color, el gris. Si esta lluvia llega un fuerte día de verano, nos divierte, si encima ha caído por la noche, nos encanta porque nos refresca. Y a la mañana siguiente los gruñidos volverán tornarse a sonrisas, los coches volverán a circular normal y las madres reirán mientras sus hijos corretean delante de ellas. Pero sobretodo no será gris.
Hoy, tras el escudo que es mi ventana, he aprendido a valorar la importancia de lo complementario, de, al fin y al cabo, todo aquello que nos da una forma, moldeándonos como figuras de barro. Quién diría que un día de lluvia gris pudiera levantarme una sonrisa.
¡Feliz día a todos!

martes, 16 de noviembre de 2010

De todo lo visible y lo invisible

Leía esta mañana a Alfredo Relaño en su columna del AS una reflexión muy interesante sobre todo lo ocurrido este fin de semana en Gijón, o en resumen toda la temporada. Como cualquier acto, salida de tono o mal hacer de un miembro del Real Madrid se suele llevar al extremo y cuando estos mismos actores realizan buenas acciones, se menosprecian, se guardan en lo profundo de un baúl que no interesa abrir, en todo caso esconder.
La llegada de Mourinho al Madrid, ha alimentado más esa imagen de equipo prepotente y capitalicio, muchas veces creada por la prensa. En estas condiciones, los blancos, cuando viajan fuera de su estadio se encuentran con verdaderos ambientes hostiles, que más que ir a jugar un partido de fútbol parece que van a luchar al circo romano, no se puede negar que a veces entre que los futbolistas son hombres fuertes y la gente lo loca que se pone, parece que estás viendo Gladiator.
Pero, a su vez, como en toda película, hay malos (el Madrid) y los hay buenos (el Barça). La antítesis, esa pizca de moralidad que queda en el mundo, los que salvan la decencia del fútbol. Es un equipo de ciudad grande pero no de capital. Compite en Europa, pero no parece que represente a todos los Españoles. Chavales jóvenes, de cantera, no hay grandes millones invertidos. Y además, juegan al fútbol de maravilla. Y yo me pregunto, ¿es esto justo?. Por qué yo, por el hecho de ser madridista, me tengo que sentir mal, como si fuéramos haciendo daño a todos lados; por qué tengo que pensar que lo que dice mi entrenador está mal, o es prepotente si pienso que es cierto. Claro que hay que tener respeto, pero este empieza por no utilizar dobles raseros. No quiero que se tapen las salidas de tono de los miembros del Madrid, pero tampoco quiero que se olvide nadie, que el Madrid no quiere herir, que el Madrid es grande por todo, incluido su señorío, nunca vi salir a ningún jugador ovacionado, ni mucho menos al equipo entero del Camp Nou, cosa que si he visto en el Bernabeu, como verdaderos héroes. Si el mejor fútbol del mundo, el inglés, lo hace, como no copiarlo. Se copia lo bueno no lo malo.
No hay magia, no hay truco, como siempre, está en cada uno verlo o no, solo pido que sepamos discernir entre lo visible y lo invisible. Entre aquello que existe y vemos y aquello que se queda dentro del baúl, pero que también existe.