martes, 18 de mayo de 2010

Siete años después

Acaba de terminar la Liga, no el fútbol que aún nos queda el Mundial, pero de eso hablamos mejor otro día. Como iba diciendo, se ha terminado la Liga, la ha ganado el Barça muy merecidamente, porque ha sido el mejor. No os aburro simplemente una visión general, la Liga de los records, el campeón 99 puntos, el subcampeón (el Madrid) 96 puntos; en fin, una barbaridad. Tres puntos de diferencia, que son pocos, pero que es lo que diferencia a los dos equipos. Y como decía, ha ganado el mejor, porque el Barça ha perdido menos (1 partido) y porque los dos enfrentamientos directos los ha ganado. Después de esto solo queda felicitar al campeón.
Eso sí, se agradecería desde estas líneas que al menos los jugadores (lo de la afición es normal), no "lloren" todo el día en sus celebraciones, me parece que el Barça (lo vengo diciendo hace tiempo) está haciendo historia, que no metan en esta historia una persecución mediática que no existe, "que no quieren que ganemos"; "que pasamos por encima de todos"; "que nos han robado lo del sábado que viene". Juega demasiado bien, no les hace falta.
Y de los mios ¿qué?, pues nada, subcampeones, 400 millones después, ahí estamos, sin ganar nada y lo peor, sin saber qué hacer. Esto ya no es nuevo, viene de lejos, de hace más de siete años, de ese verano de 2003 cuando echaron a Del Bosque. No es que él fuera el único capaz de dirigir esto, es el hecho que representó romper con un "modelo", hasta ese momento el Madrid basaba su equipo en canteranos y españoles que tiraban del carro, a los que se unían dos o tres estrellas para hacer un equipo mejor. Pero el Madrid lo representaba su gente, los de la casa, los otros eran los complementos, perfectos en algunos casos. Pues se decidió romper con eso, se pensó que si un par de grandes estrellas extranjeras funcionaban, porque no funcionarían tres (o más), sin pensar en la compensación que necesitaba el equipo (porque los grandes fichajes siempre son hacía arriba nunca hacía abajo). Y si un cualquiera como Del Bosque había podido llegar al éxito, pues se ponía a otro cualquiera pero más guapete y más joven, y lo haría igual o mejor. Y se fracasó, y se siguió fracasando, fichaje tras fichaje, entrenador tras entrenador, lo único que había detrás era fracaso. La institución se pudría por dentro hasta que todo explotó, se marchó Florentino, pensando (él y nosotros) que él mismo era el culpable, el cáncer, el virus. Pensamos elecciones, y ya está, pues no siguieron atacando los cánceres. Y si las elecciones fueron durísimas para todo el club, lo que vino luego no lo fue menos. Sí, se ganaron dos Ligas ¿y qué?, el cáncer seguía ahí, todo inestabilidad, todo sufrimiento y todo dolor. Llegó el 2009 y pareció que los médicos se disponían a sacar al equipo de la UVI, se convenció Florentino, que quizás no fuera la enfermedad si no que él siempre había sido el doctor, pero no había sabido interpretar los síntomas, algo así como un House a lo fútbol. Dijo, si con españoles y canteranos, más dos estrellas me iba "fenomenal", volvamos a lo mismo. Encima coloquemos al técnico más humilde y a la vez admirado, un Del Bosque, y todo volverá a su ser. Todos dijimos, eso es, no hace falta más. Pero no, nos equivocabamos de nuevo, la enfermedad seguía ahí, y seguía atacando. Ahora pasados los meses, el cuerpo respondía más o menos bien, había tenido un par de recaídas, pero sabía hacía donde tenía que dirigirse, que medicinas tomar, para ir saliendo adelante. Sabía que debía continuar con ese doctor humilde y admirado, que había que dar paso a nuevas técnicas y medicamentos, dejando los antiguos a un lado, sabía que no había que compararse con otros cuerpos mejores y sanos, simplemente seguir nuestro camino, nuestra historia. Todo esto se vino abajo un sábado, 10 de abril, el jefe de planta no tubo paciencia, quiso dar el alta antes de tiempo, y el enfermo recalló sin estar malo, recalló en su cabeza. Ahora todos los planes de futuro se han ido al garete. Se quiere apostar por nuevos médicos, más drásticos pero que no te aseguran nada para el futuro, ya no se sabe bien si las nuevas medicinas son las que queremos o preferimos seguir apostando por las viejas. La historia vuelve a repetirse, no se en que acabará todo esto, solo sé que seguiremos en el hospital luchando y esperando que este enfermo vuelva a recuperar su sitio. Siete años después, siete años de larga lucha, algunos irreductibles, seguimos, seguimos esperándote. Te susurramos una canción al oído, mientras tu sigues en tu sueño, Hasta el final....tu ya sabes lo que sigue. Aguanta, no dejes de luchar.

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